Padres y madres que tienen diversos modos de actuar, de educar, de ser frente a sus hijos. El presente artículo no tiene como objetivo “encasillar” o “catalogar” a padres y madres, no se plantea una “columna de aspectos negativos y la otra de aspectos positivos”, sino que, persigue plantear algunas acciones que realizan con regularidad padres y madres, para que siendo sinceros sean capaces de identificarlas, y posteriormente realizar las modificaciones encaminadas a mejorar hábitos, conductas, actitudes y costumbres a favor de una mejor crianza y forma de relación entre hijos/as y padres/madres.

padres y madres que

Ofrecen a sus hijos/as entre comidas, “un puñadito” de frutos secos (almendras, nueces naturales) fruta, agua.

Ofrecen a sus hijos/as entre comidas, paquetes de comida que se consigue fácilmente en la “esquina”: papas, golosinas, refrescos, etc.

Cuando sus hijos/as se caen o comenten algún error, los padres/madres explican, hablan con ellos/as, reflexionan y buscan en conjunto formas de “reparar el daño”, validan sentimientos.

Cuando sus hijos/as se caen o comenten algún error, padres/madres gritan, castigan, pegan, llaman la atención enfrente de todos, establecen consecuencias desde el enfado.

Explican y enseñan a sus hijos/as que es lo que pueden   hacer de acuerdo a su edad (responsabilidades)

Utilizan el “trueque sentimental”: Si te portas bien, te prometo x.

Cumplen “promesas”, acordes en tiempo y edad de los/las menores. No es lo mismo decirle a un/a niño/a de 3 años un día lunes: “te prometo que te llevaré al parque este fin de semana” cuando, a esa edad no tienen “noción del tiempo”, a decírselo  a un/a menor de 10 años por ejemplo.

La convivencia  está supeditada a las notas en el colegio, o al buen o mal comportamiento que tengan.

Los “regalos” los dan padres y madres en fechas establecidas: cumpleaños, navidades, evento especiales, son sencillos, útiles y previamente anhelados por los/las hijos/as.

Los “regalos materiales” están o no vinculados a las buenas notas que saca en el cole, o al buen comportamiento. “Si sacas 10 te compro x, si sacas malas calificaciones no te compro nada”.

Cuando se pelean entre hermanos, los separan tranquilamente y buscan la manera  que, como hermanos traten de solucionar el conflicto, que negocien (dependiendo las edades).

Cuando se pelean entre hermanos/as los reprenden severamente, gritando y pegándoles.

Cuando salen a pasear con sus hijos/as los fines de semana, están más pendientes del móvil/celular que de sus chicos/as.

Cuando salen a pasear con sus hijos/as “se desconectan” del móvil/celular y son capaces de disfrutar el paseo, tienen una exquisita convivencia.

Comen con el móvil/celular o la televisión enfrente, atendiendo más “otros asuntos”, en lugar de entablar una conversación en familia.

Son capaces de apartar el móvil/celular de la mesa a la hora de desayunar, comer y cenar, para conversar en familia.

Antes de acostarse se quedan revisando el móvil/celular y lo colocan a su lado, en la “mesilla de noche”, muy cerca de la almohada.

Dan el beso de buenas noches al móvil/celular.

Antes de acostarse son capaces de dejar el móvil/celular en el salón/ o sala u otro sitio fuera de su habitación.

Dan el beso de buenas noches a sus hijos/as.

Cuando tienen ya 6 años o mayores, continúan cargando la mochila de sus hijos/as, les ponen el lunch/almuerzo en la mochila, les preparan el uniforme y los visten.

Acompañan a sus hijos al colegio, les van enseñando paulatinamente desde muy pequeños, la importancia de la responsabilidad, en sus cosas y tareas dentro y fuera de casa.

Cuando se caen “rectifican” el daño que se han hecho y si es algo ligero, esperan a que ellos/ellas se levanten solos/as, si lloran validan sus emociones y los tranquilizan.

Cuando se caen, van corriendo enseguida a levantarlos o por el contrario los regañan, no permiten la expresión de sentimientos, si lloran está mal y eso los enfada.

Cuando hacen “alguna travesura” o merecen “algún tipo de sanción”, castigan y suelen imponerlo inmediatamente, desde el enojo, y en ocasiones, no se cumplen del todo.

Cuando hacen “alguna travesura”, piensan en la consecuencia que les ayudará en verdad a comprender y reparar el daño que causaron. Evitan imponer inmediatamente.

Saludan a los demás, dan los buenos días, dicen por favor y gracias.

Rara vez saludan, dicen por favor y gracias.

Prestan atención a lo que dicen sus hijos/as, a sus  juegos y dibujos, pueden detectar fácilmente un cambio drástico o distinto en ellos/as. Conocen a sus amistades. Saben lo que les gusta y dialogan con ellos/as

Conocen poco a sus hijos/as, no tienen claro cómo van cambiando sus gustos e intereses, están poco alertas. No saben con quién se relacionan.

Generalmente, los sobrecargan de actividades extraescolares o por la tarde están instalados frente al televisor u otros medios, son rutinarios y monótonos.

Ofrecen alternativas y las actividades son variadas de acuerdo a las posibilidades. Diversifican.

Tienen el hábito de la lectura, se relacionan con gente que aporta cosas positivas, experimentan, buscan alternativas para solucionar problemas, son prevenidos.

Consumen “chatarra” visual y auditiva, se reúnen para criticar, resuelven las situaciones de la misma manera, dejan todo a “última hora”.

Permiten que sus hijos jueguen, se ensucien, les enseñan cosas de la vida y la naturaleza, ríen con ellos/as y pasan tiempo juntos, los abrazan.

Desean que sean “como soldados”, híper- pulcros y obedientes. En casa se escuchan pocas risas, se abrazan poco.

Favorecen la seguridad personal y de pensamiento, reconocen y valoran sus esfuerzos, les enseñan a perdonar con el ejemplo, cuando hablan son escuchados/as, recuerdan vale “equivocarse” y que de ello aprendemos.

Creen que lo que opinen no tiene importancia, sus esfuerzos rara vez son validados, cuando se enfadan tardan mucho tiempo en “contentarse”, cuando se equivocan son castigados.

Promueven que la casa sea un sitio seguro, de contención y pertenencia, la casa la decoran con fotos de momentos de victoria y aprendizaje

Incitan a que estén fuera de casa, valoran más las cosas “externas”, la decoración de la casa es siempre la misma.

Saben respirar y estar tranquilos.

Van acelerados, corriendo.

 

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta individual, de pareja y familiar.

 

 

 

“La violencia contra la mujer en las relaciones de pareja es considerada como un problema de salud pública”. (European Union Agency for Fundamental Rights, 2014; Organización Mundial de la Salud, 2013).

Se entiende por violencia a la acción ejercida por una o varias personas en donde se somete de manera intencional al maltrato, presión, sufrimiento, manipulación u otra acción que atente contra la integridad tanto física como psicológica y moral de cualquier persona o grupo de personas.

¿Cómo podríamos “detectar” a una persona potencialmente violenta? ¿Qué características, rasgos y/o conductas pueden estar presentes?


Para adentrarnos en ello, resulta conveniente comenzar por explorar su “historia personal”, esto se refiere a: familia de origen, cultura, educación y ambiente de desarrollo. Aunado a lo anterior, será preciso observar y saber qué patrones ha aprendido y mantenido hasta ahora para hacer frente, resolver problemas y conflictos.

Cuando decidimos compartir nuestra vida con alguien más, es decir, comenzar nuestra vida en pareja, resulta muy común que pasemos por alto algunos hechos que pensamos que “con el tiempo se extinguirán”. La realidad es que existe un sinfín de factores que llevan a las personas a emparejarse.


En algunos casos, la creación de la pareja se desarrolla bajo el encanto del enamoramiento, durante el noviazgo muchos/as “dan su mejor cara” en diversos sentidos; existe armonía, buena convivencia, interés por el otro, respeto, tiempo de ocio y diversión en conjunto, entre otras cosas “mágicas” que, con el tiempo se modifican y cambian. Aquella pareja que logra adaptarse a los cambios (que son necesarios que ocurran), comunicarse de forma directa y efectiva, ser creativa, ser flexible, y generar nuevos acuerdos, por mencionar algunas situaciones básicas durante el desarrollo de la pareja, tendrá un mejor diagnóstico para seguir adelante. Pero, ¿qué ocurre si desde el inicio mi pareja manifiesta conductas que me desagradan o me hacen sentir incómodo/a?

Como por ejemplo, excesos en: el gusto por el juego, consumo de alcohol, “ir de fiesta”, llevar a cabo conductas temerarias, etc. Cualquier “cosa” o “aspecto social” que suponga para mi pareja una verdadera dificultad “dejarlo”, que lo manifieste implícta o explícitamente y que tras “esas prácticas” su conducta cambie de manera visible, estamos frente a una situación que, como pareja será complicado “hacer que lo cambie o lo deje”, sencillamente porque esa NO es nuestra tarea. Este y otro tipo de manifestaciones están presentes en el noviazgo, pero como estamos bajo el encanto, resulta fácil creer que cambiarán mágicamente de un momento a otro o por alguna otra situación (la llegada de los hijos/as, por ejemplo). Posiblemente continuamos ahí por este tipo de creencias, pero más allá, permanecemos porque en nuestra historia existe algo que “aprendimos”, que normalizamos y que aceptamos, nos resulta familiar, por lo tanto conocido y “seguro”.

La violencia no se puede comprender como un hecho aislado y ni de una sola causa, existen efectivamente, aspectos constitutivos, familiares y sociales que se mezclan y que se ponen en juego a lo largo de nuestro desarrollo a través de los vínculos, los aprendizajes y las influencias que recibimos.

La conformación de la pareja, la violencia, la compresión de nuestra propia historia son temas sumamente amplios que no se pueden generalizar. Ya que, cada uno de ellos se ha desarrollado en determinados momentos y bajo circunstancias distintas. Digamos entonces que, para efectos prácticos viene bien hacer un breve alto y comenzar a cuestionarnos sobre elementos básicos que nos ayudarán a iniciar nuestra comprensión y así poder movernos.

Propongo responder y analizar los siguientes puntos:

  • ¿Viste a tus padres en situación de disputa/conflicto?
  • ¿Con qué frecuencia?
  • ¿Lo resolvían, lo manejaban? ¿Cómo?
  • ¿Quién se permitía/podía y quién no estar enojado/a en tu familia?
  • ¿Qué has aprendido sobre el enojo? (Enojo de los/las demás, el tuyo).
  • ¿Has visto que alguna persona ha herido significativamente a otro/a cuando estaba enojado/a?
  • Cuándo tu padre/madre se enojaban contigo ¿Qué hacías? ¿Qué sentías? ¿Qué hacía tu padre/madre?
  • ¿Tienes claro el concepto de violencia?
  • ¿Dónde comienza para ti la violencia?
  • ¿Reconoces o identificas situaciones violentas a las que has estado expuesto/a?
  • ¿Conoces un poco la familia de origen de tu pareja?
  • ¿Qué aspectos conoces de él/ella, de su familia de origen y de su entorno?

Las preguntas anteriores no pretenden ser “una guía exclusiva” que ayude por arte de magia a identificar o frenar la violencia. Existen diversos y estandarizados tests que favorecen el “autodiagnóstico personal y familiar”, sin embargo, desde mi punto de vista profesional, este tipo de herramientas carecen de sentido si no se utilizan dentro del contexto adecuado, como lo es la psicoterapia.

perfil psicologico

Para conocer el “perfil” psicológico del maltratador podemos consultar diversas fuentes bibliográficas confiables y veremos que, efectivamente compartirán rasgos, como por ejemplo: Inseguridad que enmascaran con gritos, amenazas o con una “excesiva” amabilidad, impulsividad, poco tolerantes a los fracasos, la fuerza es valorada, poca gestión de sus emociones, sentimientos contradictorios, dependientes, le temen al abandono, entre otros. Más allá de “ir marcando” si mi pareja tiene o no esas “características”, lo que resulta verdaderamente útil para poder identificar la violencia y comenzar a movernos, es necesario estar conscientes de los puntos anteriores, ser capaces de analizar la propia historia, y la de mi pareja, de recordar cómo nos conformamos tomando en cuenta algunos aspectos: ¿qué edad teníamos?, ¿qué situación había en mi familia de origen?, ¿cuáles expectativas implícitas y explícitas estaban presentes?, ¿se inició nuestra vida “en pareja” por un embarazo? La lista de puntos a considerar es extensa, lo necesaria para “entretenernos” bastante para poner manos a la obra y salir del torbellino de la violencia.

Si te encuentras o sabes de alguien que está en un punto en el que te/se percata/s que tu/su vida “no te/le pertenece” por distintas situaciones, cuidado, debes moverte ya y buscar ayuda profesional.

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta individual, familiar y de pareja.

 

UNA LLAMADA DE DESPEDIDA

una llamada de despedida
Este artículo pretende acompañar y dotar de fortaleza interna a las personas para que puedan “utilizar” sus recursos personales y, saber qué hacer cuando desgraciadamente, reciben una llamada devastadora porque un ser amado ha fallecido.


Muchos y variados son los motivos que “nos trajeron” a España. Trabajo, estudios, pareja, buscar una mejor calidad de vida, etc. Uno o varios de los anteriores, el caso es que estamos aquí, viviendo, haciendo cosas, logrando objetivos, en fin. Estamos acá, lejos de nuestra familia de origen. Hablamos con nuestro padre, nuestra madre, hermanos, hermanas, tíos, tías, primos, primas, amigos, amigas, personas muy allegadas.
Compartimos y nos vamos enterando de distintas cosas a distancia. Bajo un matiz de “normalidad”, en donde de alguna u otra manera “todo ocurre como siempre”, y donde se va maquillando muy bien la lejanía.


Pero ocurre que, un día recibimos una llamada. Llamada telefónica de urgencia que provoca un estado de confusión, incredulidad, tristeza, shock. Nos informan que nuestro padre, nuestra madre, un familiar o un amigo muy cercano se encuentra gravemente enfermo(a), ha sufrido un accidente o ha fallecido. Todo se detiene, no comprendemos qué pasa, cómo o cuándo sucedió. Quisiéramos estar ahí físicamente lo más pronto posible, detener el tiempo e incluso regresarlo. La realidad nos supera, estamos lejos. Posiblemente esa llamada la recibimos llevando a nuestros(as) hijos(as al colegio, desayunando, dormidos(as) o trabajando. Sea donde haya sido no es ni el tiempo, ni el lugar y mucho menos la situación adecuada. ¿Qué podemos hacer?


Saber esto a distancia es muy doloroso, cada persona experimenta y siente de manera distinta. Si eres tú quien recibe la noticia, estés donde estés y haciendo lo que estés haciendo primero, detente en un lugar seguro, respira y comunícate con familiares que tengas aquí o amigos(as) cercanas para que ellos(as) te brinden el primer soporte y ayuda, cuéntales lo que te ocurre para que sean tu red de apoyo, ya que obviamente querrás agilizar tu partida. Vendrá bien tener en cuenta lo siguiente, considerando que se trata de una noticia súbita, es importante estar “preparados” en todo momento y anticipar nuestro actuar, por ello estos puntos pueden resultar útiles ante estas situaciones.

  • Destina una cantidad de dinero a la que puedas acceder fácilmente que te permita comprar “de último momento” el billete de avión. (esa cantidad no se toca)
  • Guarda páginas de aerolíneas confiables, seguras y a las que puedas acceder rápidamente.
  • Comunícate con aquellas personas que te puedan ayudar en caso de emergencia y delega responsabilidades familiares, es decir, si tienes hijos(as) y por estas cuestiones no pueden viajar, encomienda las cosas básicas.
  • Infórmate de manera efectiva sobre las condiciones laborales que “pone en marcha” la empresa si se presenta esta situación. Uno de tus derechos como trabajador es conocer y saber si la empresa contempla que te ausentes algunos días por estos motivos y, por otro lado, infórmate cómo se debe llevar a cabo el proceso de notificación. Quizá tengas que valorar la situación entre elegir y seguir al pie de la letra los trámites burocráticos que dicta la empresa o salir de inmediato haciéndote cargo de las consecuencias posteriores, que al final, habrá tiempo de sobra para “arreglarlo”.
  • En el aeropuerto, si nadie puede estar contigo, asegúrate de llevar una pila externa cargada, para que puedas estar en contacto con aquella persona que te brinda soporte emocional.
  • Durante el viaje, piensa, respira y recuerda momentos gratos. Posiblemente las horas te parezcan años, los demás los consideres indiferentes y fríos, recuerda, el dolor es personal, acéptalo y reconócelo en ti.
  • Recuerda que el tiempo está pasando y los plazos están llegando, posiblemente cuando llegues tendrás que ir directamente al velatorio, crematorio o al sepelio. Podrá pasar por tu mente “que no te despediste”, no te lo reproches con el paso de los días, es difícil que se dé “una situación idónea para despedirse”, es más una carga social aprendida que estorba mucho.
  • Considera que, de alguna u otra manera, al vivir el duelo en lejanía es vivir un “doble duelo”. La lejanía nos hace sentir aislados, separados, profundamente tristes, abandonados y deseamos haber estado cerca en el momento del deceso para decir cosas que se quedaron “pendientes”, a todo esto se añade la sorpresa de la noticia, para después “pasar” por el duelo por muerte.
  • Cuando nuestros seres queridos mueren, dejamos de verlos físicamente, pero permanecen en nosotros(as) sus enseñanzas, los momentos compartidos, las pláticas. Permanece en nosotros parte de su vida y de su historia. No “se van”, no “nos dejan”. Las personas mueren como parte del proceso natural de la vida. La relación que tuvimos, permanece en nosotros(as) para poder agradecer, honrar, perdonar, comprender y transformar para después, aprender a soltar.
  • Concéntrate, piensa e invoca para tu ser querido que: está ahora en las mejores circunstancias de amor, felicidad, compañía, plenitud. Puedes despedirte diciendo “te amé, gracias por lo que me diste en vida, seguiré mi camino”.


Quizá esté ya muy trillado el dicho de “vive cada día como si fuera el último”, trillado o no, viene bien aprender a despedirse cada día, viene bien aprender a cerrar ciclos para que otros se abran y agradecer por ello, viene bien estar realmente en paz con los demás cada día.


Si alguien “te elige” para ser parte de esa “red de apoyo” en momentos difíciles, agradécelo, eso es un privilegio. Ayuda, gestiona, contacta, investiga. Ofrece tu apoyo haciendo y resolviendo, que una persona en duelo carece de energía. Si te “sobrepasa” ayudar en estas situaciones es muy válido comunicar que “te encuentras indispuesto”, haciendo esto ayudas realmente más que brindando una “pseudo-ayuda”. No te preocupes, seguro habrá alguien más que lo pueda hacer. Recuerda que, cada persona siente y experimenta de manera distinta.

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta individual, familiar y de pareja.

 

 

LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS HABLAN …. CUANDO LES DEJAMOS
Y SALUDAN CUANDO …. ¿LES OBLIGAMOS?

Resulta curioso observar muy a menudo el fenómeno de: “cuando preguntan algo a niñas y niños los padres responden por ellas y ellos”. Ahora me explico a detalle.


Es muy común que en reuniones madres y padres compartan con familiares y/o amigos/amigas todo lo que sus hijos hacen, dicen, sienten, etc. Luego cuando éstos últimos les saludan, preguntan ¿qué tal?, se quedan mudos/mudas. ¿Pues qué pueden contar a los demás si todo lo dicen sus padres/madres? No sólo en conversaciones presenciales digamos, también “bombardeando” a la familia y/o amigos a través de diversos medios y redes sociales.


El respeto, es la consideración de que algo/alguien es digno y debe ser tolerado. Desde esta base es bueno saber que niñas y niños se saben expresar, sin meterme en detalles de edades y de género, usualmente cuando les preguntamos de manera general sobre un tema que les interese y entusiasme, ellas y ellos por sí mismos/as contestarán. Por el contrario si nuestro interés de que nos cuenten cosas es tipo cuestionario puede, en la mayoría de los casos, tener el efecto contrario al que queremos. Esto es útil saberlo sea cuál sea el rol en el que estemos (madre, padre, tía, tío, amiga, amigo, etc). Si te interesa que dialoguen, facilita la comunicación, no los interrogatorios, deja que lo hagan libremente, cuando lo deseen.


Como madres/padres es totalmente válido “informar” a nuestros familiares y amigos/amigas la manera y los momentos en que ellos/ellas se sienten cómodos/cómodas para hablar. Para poder hacer lo anterior, resulta claro que debemos conocerlos/las bien y respetarlos/las. Si los adultos lo vamos haciendo y ven que es algo natural, ellos/ellas crecerán con la confianza para que más adelante lo puedan expresar de manera espontánea y educada.


Pongo ahora un ejemplo:


Un familiar/amistad de los padres llega a casa y ve a …. , entonces empieza “la conversación”. Hola …… ¿qué tal?, ¿y el cole?, ¿cómo llevas las calificaciones?, ¿y las clases de…..?, ¿qué tal cuando fuiste a?, ¿y las amigas y los amigos?, etc. De sólo leerlo ¿no les resulta abrumador? Pues a algunos/algunas niños/niñas les ocurre lo mismo. Diferente sería llegar y saludar a los adultos y luego dirigirnos a los/las menores, detenernos un momento o el tiempo que necesitemos en la conversación entre los adultos y, les aseguro que si los/las chicos/chicas están interesados en contar algo, lo harán. Esto no tiene nada que ver con el vínculo familiar o no, cercano o lejano que se tenga con los/las niños/niñas, ya que lo mismo puede ocurrir con la persona más cercana a la familia, si ellos/ellas perciben o se sienten abrumados automáticamente dejarán de hablar. No tendría nada de malo ni de “maleducado” si nuestro/nuestra hijo/hija, al sentirse “agobiado/agobiada” volteara y dijera de manera cordial a ….. “mira, ahora no me apetece hablar”. Cuidado, que no me refiero en ningún momento a que si no le apetece hablar, voltee la cara, haga muecas, o suelte directamente un “no te importa”, eso sí sería inapropiado.


Como madres y padres, debemos educar bajo el respeto y también respetar nosotros. No tenemos porqué obligarlos a hablar, a dar besos y/o abrazos cuando no lo quieren, no lo sienten o simplemente no les gusta. No hay cosa más incómoda para niños y niñas que “tener que darle un beso a ……” si no le apetece. Muchos/as niños/niñas en mi consulta me cuentan que “no me gusta darle besos a ….. por qué se maquilla demasiado, le huele la boca, no huele bien, u otro tipo de argumentos. Padres y madres, debemos estar alertas a ello, posiblemente ese “rechazo a saludar de beso a alguien” esté indicando que nuestro/nuestra hijo/hija haya tenido una experiencia poco grata con alguien y/o algo. O puede que no y que sencillamente, como persona que es no le agrade repartir besos en todo momento. Como adultos lo arreglaríamos fácilmente con una mano extendida para saludar sin problemas. ¿Por qué los/las niños/niñas no pueden hacer lo mismo? Se nos olvida que por ahí quizá, en algún momento de nuestra vida, cuando éramos niños/niñas nos “enojaba” tener que saludar de beso a alguien. Es triste y muy alarmante, que no tengan la confianza de decirlo en casa porque mamá o papá se enfadarán. Muy importante, si los/las obligamos a ello, ¿qué herramientas les estamos dando para que el día de mañana se defiendan, si un extraño les pide un beso o un abrazo con intenciones de abuso? Resulta en verdad básico comprender que, sea quien sea, si a nuestro/nuestra hijo/hija no le apetece saludar de beso y abrazo, no les obliguemos.


Es totalmente incongruente y dañino que les “tapemos la boca” hablando por ellos/ellas mientras que, por otro lado los/las expongamos a dar besos y abrazos. Los/las menores saben hablar y saludar y lo hacen cuando se sienten cómodos/cómodas para ello.


Para finalizar, respetemos a nuestros/as hijos/hijas, su cuerpo, y sus sentimientos. Eduquemos en valores para que respeten a sus familiares, amigos/amigas y sean cordiales. Dedica tiempo, atención, cuidado y amor.

 

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta individual, familiar y de pareja.

 

 

 

abuLas “funciones” que desempeñan en la actualidad, pueden ser sencillas, complejas, amplias y variadas. Lo “sencillo” es cuando la familia nuclear los visita; van a comer, a pasear algún fin de semana o día festivo, esto es posible porque padres y madres tienen horarios compatibles con la vida laboral y familiar. Adultos mayores viven en casa solos, en pareja, con la familia o en alguna residencia; hacen y organizan su vida en función de su entorno social, sus habilidades y capacidades.


Existe otro grupo importante de abuelos y abuelas que están viviendo una segunda paternidad/maternidad por necesidad de apoyar y ayudar a sus hijos/hijas, ya que en algunos casos los horarios laborales no coinciden con el escolar, entonces son los/las encargados/encargadas de llevar y recoger del cole a los/las nietas, darles de comer, llevarlos/llevarlas a sus actividades extraescolares, etc. Cuando esto ocurre así, debemos valorar y comprender los esfuerzos que hacen, dialogar frecuentemente para establecer con claridad cómo se brinda este apoyo y delimitar bien “las funciones”, que los/las abuelos/abuelas llevarán a cabo.


Hay una cosa que debemos mirar con lupa, ya que hay un buen número de padres/madres que depositan toda la responsabilidad en los/las abuelos/abuelas incumpliendo con su paternidad/maternidad, cuando esto ocurre nos enfrentamos al abandono parental. Juan Luis Linares en su libro “Del abuso y otros desmanes” explica las bases relacionales del maltrato. “Ambos progenitores comparten el equívoco de que las necesidades relacionales son satisfechas fundamentalmente por el otro”. Aunque este apartado se refiere particularmente cuando hijos/hijas son “invisibles” para sus padres y los dejan a su suerte, sirve muy bien para ilustrar las complejidades relacionales que se pueden entretejer cuando poco a poco se van delegando diversas responsabilidades que corresponden sólo a los/las padres/madres. Los/las abuelos/abuelas cobran fuerza y los/las padres/madres se debilitan, se crean coaliciones poco funcionales para los sistemas familiares; observándose cosas “simples” como por ejemplo, cuando la madre da una indicación no es escuchada y menos atendida, esto va subiendo de tono en muchos aspectos. Cuando quieren retomar su rol, puede en algunos casos, ser demasiado tarde para resolverlo por vía directa y se requiere apoyo profesional. Es importante comprender que, los/las abuelos/abuelas pueden ser de apoyo, ellos ya vivieron su paternidad/maternidad y lo hicieron como mejor pudieron, bajo las circunstancias de aquellos tiempos, ya no les toca hacerlo por segunda vez.


A lo largo de mi práctica profesional como psicoterapeuta he trabajado con las familias para definir y marcar mejor ciertos límites, ya que se va difuminando una línea muy delgada y confusa entre “brindar apoyo” y “adjudicarse roles que no corresponden”. ¿Qué podemos entonces hacer para delimitar efectivamente el rol que nos corresponde? Primero y antes que nada comprender que, cuando una pareja decide tener hijos tendrán que dialogar sobre la educación que darán a éstos/éstas, tienen que destinar tiempo en determinar “lo que importarán de sus familias de origen” (porque lo consideran funcional, agradable y ambos lo comparten) y lo que “crearán como nueva célula” (aquello que quieran formar, implementar y/o innovar que les funcione como pareja y como padres). En segundo punto, si sobre la marcha requieren del apoyo de sus padres/madres, por tiempos prolongados, resulta benéfico hablar y establecer “que sí y que no”. Por ahí existe un dicho: “los/las padres/madres están para educar y los/las abuelos/abuelas para maleducar”, esto no tiene porqué ser así, no está mal que los/las abuelos/abuelas consientan pero no deben sobrepasarse.


En la tarea de establecer “que sí y que no”, partimos de algunas reglas del juego, o lo que es lo mismo, “partes” de educación. Por ejemplo: la alimentación, si el/la menor tiene que comer en casa de los/las abuelos/abuelas lo más adecuado sería que fuera sana y equilibrada al igual que en su casa. Los/las abuelos/abuelas no tienen por qué llenar de caramelos, helados y golosinas a los/las nietas/nietos. Tiempo de ocio, lo conveniente es que no se abuse de la televisión, video juegos, tabletas y demás medios tecnológicos, en ninguno de los ambientes. El aseo, si padres/madres acompañan y forman a sus hijos/hijas para que cada vez sean más autónomos, cuando han adquirido el control de esfínteres serán capaces de arreglárselas por si mismos/mismas. Responsabilidades, es totalmente válido que las tengan en ambos escenarios, que lo que hacen habitualmente en casa lo hagan en casa de los/las abuelos/abuelas (ayudar a poner la mesa, recoger sus platos sucios y llevarlos a la cocina, limpiar y guardar, etc). La tarea/deberes; padres, madres, abuelas y abuelos deben lograr que la realización de éstos sea cosa de los/las menores. Una cosa es supervisar cuando han finalizado y otra muy distinta es “hacer la tarea o los deberes con ellos/ellas”. Tiempo de convivencia, resulta hacer un alto importante sobre este punto y es que niños y niñas de distintas edades y de distintas clases sociales demandan lo mismo, TIEMPO DE CONVIVENCIA CON SUS PADRES/MADRES. Si este se ve mermado por el trabajo, es imprescindible buscar actividades en familia los fines de semana. Lo que compete a los/las abuelos/abuelas es respetar este tiempo entre sus hijos/hijas y sus nietos/nietas. Si ellos/ellas tienen la fortuna de pasar las tardes con estos últimos, entonces los siguientes “tips” pueden resultarles muy útiles y sencillos y es que, los/las abuelos/abuelas enseñen lo mejor que saben hacer.

Todo nieto/nieta seguro que tendrá un/una abuelo/abuela que sepa: pintar, cocinar, tejer, coser, de mecánica, de naturaleza, bordar, repostería, en fin algunas cosas que pareciera que están obsoletas, cuando es todo lo contrario. Si abuelos/abuelas se dedicasen a enseñar “cosas que dominan” no sólo están ayudando a que sus nietos/nietas estén desarrollando nuevas competencias, sino que además están activos mentalmente, tienen la posibilidad de compartir sus experiencias, por otro lado debemos plantearnos que para los/las adultos mayores es importante buscar “nuevos retos” para aumentar su nivel cognitivo, lo recomendable es llevar a cabo cosas que salgan de la rutina, pueden perfectamente aprender también de los nietos/nietas. Pueden realizar actividades de sencillas a complejas, por ejemplo: si el/la abuelo/abuela tiene dificultades de vista y ya no puede leer como antes, entonces nietos/nietas podrán leerles cuentos o cosas de interés para los adultos mayores, haciendo esto, nietos/nietas aprenden también. Actividades más complejas y que los ayuden a salir de la rutina, por ejemplo serían juegos de mesa que desarrollen la creatividad, búsqueda de soluciones, retos matemáticos, enigmas, abstracciones, etc. Los objetivos para abuelos/abuelas y nietos/nietas son, mantenerse activos, estar en constante aprendizaje, compartir cosas alternativas. Todo esto, sin duda resulta más productivo que estar con un móvil, tableta o frente al televisor consumiendo telediarios u otro tipo de programas poco aptos para menores o que estén desorientados por tantos juguetes alrededor de ellos/ellas y comiendo caramelos “en lo que papá y/o mamá llegan por ellos/ellas”.


Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta individual, familiar y de pareja.

 

 

CRISIS
¿QUÉ ES? ¿CUÁNDO SE PUEDE PRESENTAR? ¿CÓMO PUEDO SALIR DE ELLA?

Ciertas crisis son experiencias normales en la vida, como por ejemplo: “la crisis en la adolescencia”, “la crisis ante una pérdida”, etc. Se pueden ver como oportunidades de aprendizaje y crecimiento, aunque cuando estamos inmersos en ellas es complicado observar la parte positiva que dejan, pues esta será visible una vez que la pasemos. Unas son más intensas que otras y tienen distintos factores que las desencadenan. El estrés que libera la crisis puede ser por un acontecimiento externo o interno. Puede ser un solo hecho catastrófico o una acumulación de acontecimientos “menos” graves pero por tiempo prolongado.

Las situaciones que intensificarán de manera desmedida las crisis y repercutirán de modo intenso en aspectos físicos y psicológicos de las personas, por ejemplo son: catástrofes naturales o provocadas por el hombre, como: la violencia, (es una acción ejercida por una o varias personas en donde se somete de manera intencional al maltrato, presión, sufrimiento, manipulación u otra acción que atente contra la integridad tanto física como psicológica y moral de cualquier persona o grupo de personas) guerras, asaltos, secuestros, torturas y/o asesinatos, otras situaciones pueden ser: pérdidas inesperadas de seres queridos, accidentes, etc.

Cuando una persona se encuentra en crisis tiene un estado temporal de desorganización, sensación de inseguridad, vulnerabilidad y desconfianza, caracterizado principalmente, por la incapacidad para abordar situaciones particulares utilizando métodos previamente conocidos y acostumbrados para la solución de problemas.

Las crisis intensas pueden presentarse cuando nuestro medio cambia drásticamente, ocurren cosas inesperadas, agresivas y/o violentas por parte de las personas que nos rodean y/o en nuestro entorno.

¿Cómo podrá responder una persona a un proceso precipitante para posteriormente convertirse o no en una experiencia de crisis? Dependerá de sus recursos naturales, personales y sociales. El significado de recursos naturales durante una crisis incluye dinero, comida, vivienda y transporte. Un déficit en cualquiera de estas áreas podrá tener el potencial para cambiar moderadamente un suceso estresante a una crisis.
Los recursos personales individuales, componen el segundo factor principal para determinar la intensidad y curso de cualquier crisis. La “fuerza interna”, la historia previa al abordar situaciones estresantes, la existencia de cualquier problema en la actualidad no resuelto y el bienestar físico, todos ellos tomarán parte para determinar si un suceso particular conducirá a una crisis.

Cuando la persona se encuentra en crisis, es importante que detenga por un momento su erupción de pensamientos, haciendo esto podrá poner en marcha ciertos mecanismos que la ayudarán a retomar poco a poco su estado de seguridad, confianza y fuerza.

Es útil observar y cuidar las conductas, nuestros estados afectivos, sintomáticos, interpersonales y cognitivos que tenemos cuando estamos en medio de la crisis, si hacemos algo que pueda poner en peligro nuestra integridad lejos de solucionar el problema lo agravará.

Algunas acciones que podrán ayudar a recobrar poco a poco nuestra seguridad pueden ser:

Guarda como “aa” en tu móvil/celular los teléfonos de emergencias (policía, ambulancia) cuando estamos en crisis es frecuente que olvidemos las cosas más sencillas.
Si experimentas ansiedad, angustia, problemas para respirar o te han lastimado, llama de inmediato a la asistencia sanitaria o acude al hospital más cercano a urgencias.
Si no tienes medios para comunicarte o para desplazarte pide ayuda en algún sitio cercano de confianza.
Dirígete a un sitio seguro (comandancia de policía, casa de algún familiar o amigo/a de confianza).
Comunícate con personas especialistas para que te escuchen y te ayuden.
Es vital que no abandones el proceso de ayuda una vez que lo iniciaste.

Realizado lo anterior, debes de estar alerta y continuar cuidando tus conductas, tus pensamientos y los síntomas que presentes. Durante la crisis podemos reaccionar de mil maneras, algunas de ellas podrán ser poco favorables para nuestra salud e integridad, es por ello que lo más aconsejable es buscar ayuda de inmediato de personas especializadas.
Cuando “todo parece que vuelve a la normalidad”, ten cuidado. Pueden sorprendernos conductas y pensamientos de culpabilidad, miedo, enojo, rabia, indignación y todo esto puede dirigirnos a cometer acciones contraproducentes que pueden desembocar nuevamente al bucle de la desorganización.
Se pueden presentar síntomas importantes como: cansancio, dificultades para conciliar el sueño, constantes pesadillas, falta de apetito, altos y repentinos estados de tristeza o enojo, problemas en los sentidos, mareos, etc. Es por ello que, es vital continuar con el apoyo que brindan los especialistas.

nina crisis

ACCIONES A CONSIDERAR EN CUALQUIER MOMENTO

En tu cartera guarda en un “apartado especial dentro de la misma o en algo que siempre lleves contigo”, una cantidad razonable de dinero que te pueda servir ante alguna problemática.
Recuerda guardar en tu móvil/celular los teléfonos de emergencia, de manera que puedas acceder a ellos de forma rápida.
Ten localizados en todo momento tus documentos personales importantes, y los de tus hijos/hijas, no es necesario que absolutamente todos sepan dónde están.
Invierte tiempo y genera redes de apoyo sólidas y de confianza fuera de tu familia.
Utiliza tus redes de apoyo de familiares y/o de amistades.

La resolución adaptativa de la crisis ofrece, entre otras cosas, una triple oportunidad:

1.- Dominar la situación actual
2.- Elaborar conflictos pasados
3.- Aprender estrategias para el futuro

Ante todo, recuerda que, ante las crisis no estas sola/solo, existen personas especialistas a quien puedes acudir.

 

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta individual, familiar y de pareja

santa claus

“Nuevas tendencias familiares” anuncian que Santa Claus, el Ratón Pérez o de los Dientes, los Reyes Magos y el Hada de los Dientes, no sólo visitan la casa donde viven los/las niños/niñas, sino que, van dejando regalos en casa de los abuelos paternos, maternos, tíos, etc. Parece que estos personajes están agotados, la demanda es cada vez mayor y no se dan abasto.


El efecto en los/las niños/niñas. Se extingue poco a poco el “efecto sorpresa”, se incrementa el deseo exagerado de querer cada vez más, se fortalece también la creencia que merecen más simplemente porque sí y crecen con una falsa idea sobre el valor de las cosas. Una fecha “mágica” en donde despertarse por la madrugada para encontrar EL regalo anhelado durante meses se va poco a poco perdiendo. Y es que muchos padres argumentan “cuando yo era niño, sólo UN regalo me llegaba, y bueno, ahora que podemos y que mis padres pueden también, pues, ¿qué tiene de malo?”. Definir “que tiene de malo” será tarea de cada familia considerar los efectos que esto puede tener más adelante.


¿Qué hacen los niños con tanto juguete? Me parece que los/las padres/madres un poco observadores saben la respuesta; los juguetes se utilizan por poco tiempo para después acumularse en la torre.


El efecto en los padres. Sin darse cuenta, renuncian a ser ellos “los protagonistas” en estas fechas, y lo más importante a hacerse cargo de ello, es decir, invertir tiempo en “ponerse” el traje de Santa Claus/Papá Noel/Rey Mago/Ratón o Hada y salir a buscar LA tan esperada sorpresa. Padres y madres se están volviendo cada vez más prácticos, delegando estas responsabilidades a otros y no sólo eso, están también perdiendo “su magia”.
Ya no vale ser madre/padre de determinada generación, debemos recordar que, Santa Claus o Papá Noel, Reyes Magos, Ratón o Hada, sólo es uno, visita la casa donde viven los/las niños/niñas o en su defecto el sitio donde “despierte en la mágica madrugada” (hotel, casa rural, casa de algún familiar) y en las fechas puntuales. Dejemos de sobrecargar a estos pobres personajes, volvamos a lo básico, a lo sencillo, a lo mágico.

 

El efecto en los demás familiares. Sin darse cuenta y sin muchas veces quererlo conscientemente, se toman atribuciones que no les corresponden. ¿Quieren regalar? Primero, háblenlo con los padres/madres del/de la menor. Recuerden y respeten, los súper-poderes los tienen los padres. No pasa nada que tíos, tías, abuelos, abuelas, primas y demás familiares quieran regalar y si lo hacen, que sea con orgullo y en su nombre. Algunos “tips” de cosas que pueden obsequiar el 25 de Diciembre, 6 de Enero y cumpleaños son: Libros o ropa que les haga falta o algún juego de mesa creativo o algo que realmente necesite. Observen, las cosas antes sugeridas están separadas por la letra “o”, no por la letra “y”.


Mensaje de Santa Claus / Papá Noel y Los Reyes Magos a los/las padres/madres: “que sus súper-mágicos-poderes, los iluminen el 25 de Diciembre y el 6 de Enero para que aparezcan EL REGALO que realmente desean sus hijos mucho tiempo atrás”.


Mensaje del Ratón de los Dientes / Ratón Pérez / Hada de los Dientes a los/las padres/madres: “que sus súper-mágicos-poderes, los iluminen para que recuerden que a niños y niñas se les caerán muchos dientes, nosotros somos pequeñitos, dejamos sorpresas muy pequeñitas: un chocolatito, un caramelo, una moneda, etc.


Nota importante de los personajes anteriores: “padres y madres eduquen a sus hijos bajo la visión del recic

Art Santa Claus

laje y el desprendimiento, esto es: si entra algo nuevo, que sean capaces de despedirse de algo (juguete, ropa, etc). Y si aún está en buen estado sería genial, muchas personitas en el mundo agradecen las donaciones.


Saber desprenderse de las cosas desde pequeños trae consigo beneficios cuando somos adultos, se valoran realmente las 

cosas y si desarrollamos en nuestros/nuestras hijos/hijas el altruismo haciéndolos partícipes de donar sus cosas cuando no las ocupan, estamos sembrando bondad y agradecimiento.

Si cuando eras niño/niña sólo te dejaban UN regalo en fechas puntuales y ahora puedes dar más a tus hijos/hijas, felicidades. Te invito a visitar y a vivir “la nueva época del trueque”, en donde se cambian juguetes por momentos y tiempo efectivo de convivencia. Eso, es lo más anhelado por niños y niñas sea cual sea la clase social que se tenga.

 

Vanessa Maillefert Rovira.
Psicoterapeuta individual, familiar y de pareja.

 

 

Muchos son los motivos por los que estamos aquí, en territorio español. Algunas personas tienen la fortuna de llegar a España con contrato de trabajo y sus correspondientes permisos tramitados, otros tienen nacionalidad española o europea, y esto en la mayoría de los casos abre más fácilmente las puertas en el terreno laboral.


También existe “otra parte” en la que un gran número de personas vienen a estudiar, a realizar algún proyecto, o de visita, y durante nuestra estancia decidimos quedarnos, otros directamente han venido buscando una mejor calidad de vida. Sea cuál haya sido nuestro motivo principal, nos enfrentamos a la realidad de tener que hacer los trámites pertinentes. Bien para cambiar de estatus de estudiante a permiso de trabajo, bien para legalizar nuestra situación.


Y ¿qué supone obtener los papeles? Pues bueno, llevar a cabo una serie de pasos que no resultan ni fáciles ni rápidos, se requiere mucha, mucha paciencia. Existen instancias y sitios dedicados a ello que podemos consultar y en donde nos pueden orientar, como por ejemplo: distintos grupos en Facebook, las oficinas de extranjería, abogados especializados en extranjería, etc. Estos recursos están a nuestra disposición para guiarnos. Y bueno, una vez que el resultado ha sido favorable, nos enfrentamos a la búsqueda de empleo. Para algunas personas está búsqueda será sencilla, rápida y próspera, para otras quizá no. Y es aquí donde quiero compartir, orientar y ayudar a todos(as) los/las mexicanos(as) cuando la frustración los/las invade una y otra vez.


Lo primero que quiero transmitirles es que, “lo peor ya pasó”, sacamos paciencia hasta por debajo de las piedras para legalizar nuestra situación, “ya están del otro lado”, una vez obtenido su permiso de trabajo. Ahora, viene la mejor parte: empoderarnos y destacar. ¿Cómo? Dejaré por aquí ciertas estrategias que te pueden servir.


Si ya llevas muchos meses inscrito en el SEPE Servicio Público de Empleo Estatal, antes INEM (Instituto Nacional de Empleo) y tu búsqueda laboral no ha sido positiva, debes saber que, sentirte frustrado(a) no te servirá mucho. Tampoco vale que por desesperación digas que quieres trabajar “de lo que sea”, esto es imposible por la sencilla razón que probablemente no tengamos el perfil para el puesto. Tenemos este discurso por impotencia y es verdad, tenemos necesidades importantes necesidades que cubrir, lo entiendo y lo sé, pero si caemos en esto lejos de acercarnos a nuestro objetivo, en realidad nos alejamos. Te explico porque, cuando nos referimos a “trabajar de lo que sea”, con el argumento de que “cualquiera puede limpiar”, “cualquiera puede organizar”, “cualquiera puede atender en un restaurante o tienda”, etc. En realidad esto no es así, debemos estar informados de que cada vez más el mercado laboral exige certificados de profesionalidad según los puestos y por otro lado y lo más importante a considerar es ¿te gusta?

 Articulo inmigrantes

¿Por dónde empiezo?, contestar estas preguntas, te puede servir y orientar.

Para hacer un filtro y búsqueda exitosa debes preguntarte:

  • ¿Conozco mi perfil?
  • ¿Qué ocupaciones realmente me interesan?
  • ¿Qué requieren estás ocupaciones? (estudios, homologaciones, certificados, etc)
  • ¿Sabes con claridad qué son y a qué se refieren las condiciones laborales?
  • ¿Conoces las condiciones laborales de los trabajos que te interesan?
  • ¿Aceptas o rechazas las condiciones que ofrecen?
  • ¿Cuáles son o serían las condiciones laborales que tú pondrías?
  • ¿Encajan TUS condiciones laborales con las SUYAS?
  • ¿Qué estás dispuesto(a) a cambiar?
  • ¿Tienes algunas dificultades o impedimentos? ¿Cuáles podrían ser algunas estrategias de solución?


Investigar y saber lo anterior sin duda ayuda a que obtengas una visión general tanto del mercado laboral actual como identificar aspectos de tu sector profesional, con esto tienes una base de la cual poder partir.


Además resulta útil saber que, las empresas están contratando a través de competencias. Se realizan entrevistas laborales por competencias, en las que el candidato debe saber muy bien cómo hablar de ellas y resaltarlas según el puesto que desea. ¿Sabes con claridad qué son las competencias? Existen un sinfín de definiciones, la más completa, desde mi punto es vista es:


Formación + Habilidades + Valores + Actitudes = Competencia. La suma que cada persona tiene de lo anterior le permitirá desarrollar un trabajo de forma exitosa.


Las competencias se desarrollan, se perfeccionan y se pueden mantener, no sólo en el terreno laboral, se desarrollan en la vida diaria y éstas también sin duda se demostrarán en el trabajo. Por ello, debemos hacer un análisis minucioso e identificar TODAS las competencias que hemos desarrollado en distintos sectores y momentos. Una vez hecho lo anterior, parte de nuestro trabajo consistirá en resaltarlas en nuestro CV, expresarlas en las entrevistas según las ofertas de empleo que vayamos encontrando ajustadas a nuestro perfil, intereses y condiciones laborales existentes.
Con lo anterior seremos capaces de contestar fácilmente: ¿Cuáles son mis competencias? ¿Qué competencias requiere el sector donde me interesa trabajar? ¿Las tengo? Y si la respuesta es negativa, te tengo una buena noticia, te recuerdo que las puedes desarrollar.
Por último, quiero comentar, que buscar trabajo es un gran trabajo que otorga buenos frutos, sólo debemos ser analíticos, realistas y congruentes.
Recuerda también que puedes dirigirte a: SEPE, La Agencia para el Empleo, Ministerio de Empleo, o llamar al 012, para información, orientación y asesorías.
El presente artículo ha sido creado con la finalidad de apoyar, ayudar y animar a los inmigrantes para que hagan una búsqueda de empleo exitosa.

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta

 

 

Nuestro cuerpo es el gran protagonista de los cambios que suceden a medida que crecemos y nos desarrollamos. Muchas veces se utiliza como un “objeto” donde se colocan ansiedades e inquietudes.

El cuerpo hace referencia a lo sensorial, es el primer lugar de inscripción de experiencias que capturan los órganos de los sentidos. Desde el punto de vista psicológico, la información que captan dichos órganos constituye una de las condiciones para que se vayan almacenando en nuestra mente (a modo de huellas) sensaciones placenteras o no, mensajes de aceptación o de rechazo. Estos aspectos, más adelante servirán para comprender la relación que tenemos con nuestro “cuerpo físico”. Para que el placer o el sufrimiento corporal tengan una expresión y se transformen en información se requiere de la presencia de la madre, ella ayuda a su bebé a traducir las incomodidades que siente como por ejemplo: demasiado calor o frío, hambre, pañal sucio, etc. El cuerpo es la primera referencia para la sensación de coherencia. La madre es el primer espejo en el que se mira el niño así mismo. El psiquismo se enriquece a partir del aporte simbólico que los padres y el entorno proveen y que son transmitidos por el discurso parental y social.

Se requieren por lo regular 40 semanas de gestación, aunque se sabe que hay bebés que nacen a las pocas semanas, durante este tiempo se forman los órganos y adquiere forma nuestro cuerpo, en ese período nuestras necesidades “básicas” están cubiertas (comunicación, contacto, movimiento y alimentación), posterior al nacimiento se necesitan aproximadamente entre siete y nueve meses para que el niño se comience a desplazar por sí mismo y durante esta etapa, nuestras necesidades de igual forma se espera que estén cubiertas: comunicación, contacto, movimiento y alimentación. Si un bebé está sometido a la ausencia de alguna de ellas, crecerá reclamando eso que no obtuvo y que necesitaba con desesperación. Antes de los dos años son seres “fusionales”, (es decir no se viven “diferenciados de la madre”), si la madre o el principal cuidador no se encuentra disponible antes de que el niño se aleje de forma natural, podrá experimentar una sensación de vacío intensa, la cual permanecerá y aparecerá en el cuerpo, ya sea de manera física (dermatitis que no se explica desde la medicina) o con algunas conductas. Cuando el cuerpo del bebé no ha sido suficientemente nutrido se dificultan los procesos de simbolización que permiten enfrentar la separación natural con la madre, entonces canalizarán su comunicación por significantes preverbales en forma de emociones “en bruto”, como pesadillas invasoras o problemas psicosomáticos.

A partir de los dos a los tres años inician naturalmente su lenta separación emocional, comienza el desarrollo del lenguaje verbal. Dejan de hablar en tercera persona hasta que se implanta en el lenguaje del niño el "yo". Este es el punto de partida para el camino hacia la separación emocional y la constitución del "yo soy" que finalizará en la adolescencia.

El cuerpo es el lugar en el que se manifiesta el sufrimiento, pero también es aquello que se muestra, un lugar de exhibición y escritura. En la clínica psicológica prevalecen las marcas en el cuerpo que se observan a través de distintas formas o manifestaciones como por ejemplo: conductas autodestructivas, cortes, problemas alimenticios, y/o múltiples tatuajes. Signos, marcas, representaciones que aluden a ¿Gritos mudos?, ¿Será el modo de decirnos, a través de lo visual, de la imagen, aquello para lo que no tiene palabras? Lo que no se puede elaborar desde el discurso, se pone en el cuerpo.
Los cortes pueden entenderse como un primer intento de capturar una intensa emoción y al mismo tiempo enojo por no poder comprender todo lo que pasa alrededor. A través de la terapia se “ayuda a pensar” qué era aquello que se necesitaba capturar y que no tenía palabras. Por ejemplo, la persona que se corta posiblemente esté viviendo un torbellino de conflictos en sus relaciones familiares y/o sociales, en las que encontramos omisiones, secretos, negación y silencio. Pueden representar la urgencia de frenar un dolor psíquico y mudarlo a un dolor visible en el cuerpo a través de “una comunicación potencial”, las lesiones corporales son marcas de una fuente de confusión, ansiedad, sentimientos de vacío o de aturdimiento. Son formas patológicas de encontrar alivio. Para que la autodestrucción se limite y se inicie un proceso de simbolización se necesita de un otro que contenga, sólo así se pueden traducir los sentimientos a palabras y cambiar el síntoma. Cuando no se encuentra el significado en las primeras ocasiones de daño, el síntoma puede volverse crónico o adictivo.

Lo que encontramos en los trastornos alimenticios (desde la psicología del cuerpo), es que: el cuerpo es el espacio donde se lleva a cabo el contacto amoroso o doloroso desde momentos muy tempranos. Tiene que ver con el sostén, el amor o las ausencias. La anorexia encierra sentimientos de invisibilidad para los demás y de no tener solidez interna, sustancia. La visibilidad se relaciona con “ser conocido” por la madre durante la infancia.

Abordando ahora los tatuajes, conviene considerar que ni todos los tatuajes significan lo mismo ni siempre se podría pensarlos como patológicos. “Más allá de la moda” a veces tienen el valor de una escritura o son el modo de tramitar un duelo, mientras que otros son una marca de un dolor que no puede expresarse de otras formas. Los tatuajes son fundamentalmente marcas simbólicas; pero marcas que no se hacen sobre una hoja en blanco sino sobre un cuerpo que desea expresar algo.

Conforme nos vamos desarrollando, se imprimen en nuestro cuerpo, experiencias de muchos tipos y con distintas intensidades, cuando el dolor que soportamos no podemos expresarlo de manera verbal, lo manifestaremos a través de nuestro cuerpo “haciéndole cosas”, o también nuestro cuerpo podrá “hablar por sí mismo” enfermándose.


Vanessa Maillefert Rovira

 

Referencias:

Bowlby, J. (1989). Una base segura. Buenos Aires. Argentina. Ed. Paidós
Erickson, E. E. (1968). Juventud, identidad y crisis. Buenos Aires. Argentina. Ed Paidós.
Lacan, J. (1966). El estadio del espejo como formador del yo tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica" Escritos, México. FCE. 

 

 

 

Durante el embarazo el cuerpo de la mujer pasa por extraordinarias modificaciones físicas y psicológicas, y el feto se desarrolla dentro de esta grandiosa transformación, impregnándose de experiencias que marcarán parte de su desarrollo en su futuro. Estas experiencias se van dando gracias a la comunicación que, desde momentos muy tempranos establece la madre con su futuro bebé.

Todo esto se logra por una parte, gracias a las hormonas; éstas tienen una función y objetivos muy importantes. Por ejemplo: La hormona que comúnmente se conoce como “la del amor” es la oxitocina, está relacionada con los patrones sexuales, con la conducta maternal; se libera en grandes cantidades tras la distensión del cérvix uterino y la vagina durante el parto y también en respuesta a la estimulación del pezón al succionarlo el bebé.

El cortisol se libera como respuesta al estrés, es necesaria para el embarazo ya que prepara al bebé para el nacimiento. La adrenalina (la reconocemos en nuestro cuerpo fácilmente cuando estamos en la montaña rusa, por ejemplo), es una hormona y un neurotransmisor; incrementa la frecuencia cardiaca, contrae los vasos sanguíneos y participa en la reacción de lucha o huida, entre otros. Se libera cuando sentimos ira o miedo o estamos.

Entonces, si la madre está constantemente sometida a repetidas fuentes de estrés, miedo, enojo, incertidumbre u otra clase de emociones poco placenteras, estás serán transmitidas al feto ya que las diferentes sustancias químicas que liberan las emociones en el torrente sanguíneo, pasan a través de la placenta en cuestión de segundos. 

Algunas consecuencias ante un aumento considerable durante largos periodos de cortisol, pueden acrecentar el riesgo de problemas en el desarrollo intelectual y conductual.

Dr. Thomas Verny, sostiene que el bebé antes de nacer no sólo es capaz de experimentar por medio de sus sentidos y de aprender, es capaz de sentir y percibir emociones, sentimientos y mensajes que la madre le transmite a través del útero.

A partir del cuarto mes de gestación los fetos presentan reacciones emocionales muy similares a las de un recién nacido, en esta etapa son capaces de percibir el afecto y la ternura que les llega “del exterior”. El futuro bebé está unido a su madre y al mundo externo.

Los mensajes que recibe el feto del mundo que le espera fuera del vientre materno, podrán ser placenteros, seguros o todo lo contrario. Lo que necesita la mujer embarazada es entonces vivir este proceso mágico y trascendente con calidad, tranquilidad, arropada, segura y feliz. Necesita que “el mundo exterior” en el que habita le proporcione estos aspectos, ya que, de manera natural el cuerpo de la mujer durante el embarazo se encarga de hacer una “tormenta interna”.

Los neurotransmisores están alterados debido a que no reciben los mismos niveles hormonales de siempre, los niveles de progesterona y estrógenos se duplican y, por este motivo, la parte racional se disminuye, a la vez que se refuerza la parte emocional.

Las futuras madres necesitan y deben estar bien informadas (y las personas cercanas que las rodean) sobre los cambios que experimentarán para logren comprender el impacto y la importancia de vivir en salud su embarazo. Podemos decir entonces que, el estrés laboral, familiar, con la pareja, la economía, la mala alimentación, el poco ejercicio y/o el insomnio constantes y prolongados son factores de riesgo durante el embarazo.

Ahora bien, se acerca el momento de dar a luz. Este es otro de los grandes e importantes temas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sugerido que las cesáreas en el parto deberían realizarse únicamente cuando sea "médicamente necesario", para no poner en riesgo de desarrollar problemas de salud a corto y largo plazo a la madre y al recién nacido.

La OMS ha informado que la cesárea es una de las cirugías más comunes en el mundo, cuya realización sigue incrementándose especialmente en países desarrollados. "Aunque puede salvar vidas, las cesáreas suelen llevarse a cabo sin necesidad médica, poniendo a la madre y a los hijos en riesgo", reseñó la organización.

Esta cirugía puede ser necesaria cuando el parto vaginal pueda significar un riesgo para la madre o el hijo, como en los casos de un estrés fetal o cuando el bebé se encuentre en una postura complicada. "No obstante, las cesáreas puedan causar complicaciones significativas, discapacidades o muerte, especialmente en circunstancias en las que se carezca de las instalaciones necesarias para llevar a cabo una cirugía segura", advierte el organismo internacional.

En adición a lo anterior, hablaré de Michel Odent, médico, obstetra e investigador científico, es una de las principales autoridades mundiales en la atención al parto natural; presta especial atención a la importancia de las hormonas que se segregan naturalmente en el parto no intervenido para crear vínculo con el recién nacido, y en cómo pueden influir las hormonas sintéticas administradas artificialmente durante el parto, en varios futuros problemas del niño, como el autismo.

Odent sostiene que, un parto será más fácil y rápido cuanto más sola esté la mujer. “Solo necesita una comadrona que tenga experiencia y una actitud maternal y que se mantenga en silencio. Es el mejor entorno para liberar la oxitocina, que es una hormona tímida y no aparece si hay muchos espectadores”.

En su libro “El bebé es un mamífero”, nos deleita al recordarnos que, la madre de manera natural (como todos los mamíferos) se sentirá mejor en un ambiente seguro, tranquilo y acogedor para dar a luz y esto sin lugar a dudas resultará muy benéfico para crear y fortalecer el vínculo entre la madre y su cría.

Es entonces que, desde que la mujer se sabe embarazada (y las personas que la rodean) que debe/deben poner manos a la obra en cuidar su salud en todos los niveles, puesto que el vínculo se irá desarrollando conforme pasen los meses de gestación, para más adelante, estando “fortalecida” poder dotar a su hijo de seguridad, calidad, amor y tranquilidad durante el puerperio y la infancia.

Laura Gutman, en su libro “La maternidad y el encuentro con la propia sombra” explica: se llama puerperio a los primeros cuarenta días después del parto. Supone que deriva de costumbres antiguas en la que la parturienta quedaba en cuarentena, cuidada entre mujeres experimentadas.

Ahora sabemos que la realidad es otra, una vez que la mujer da a luz, se espera que rápidamente se incorpore de nuevo a la rutina “a la vida normal”, al trabajo, al hogar, a la atención de otros hijos, etc. En pocos sitios se explica lo que pasa en ese periodo de tiempo, tanto para la madre como para el bebé.

La madre necesita “reconectar” paulatinamente con el mundo exterior, ya que naturalmente existe un periodo de fusión con el recién nacido que requiere ser respetado. Por ejemplo, cuando el bebé es amamantado es un “tiempo exclusivo” entre madre e hijo, la comunicación que se estableció durante el embarazo se fortalece, madre e hijo se reconocen a través del olor, la mirada, las caricias, la voz, se robustece el vínculo y se desarrolla el apego.

La necesidad del bebé de estar próximo a su madre, de ser acunado en brazos, protegido y cuidado ha sido estudiada científicamente. Fue el psicólogo John Bowlby que en su trabajo en instituciones con niños privados de la figura materna le condujo a formular la Teoría del apego.

El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres (o cuidadores) y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad. La tesis fundamental de la Teoría del Apego es que el estado de seguridad, ansiedad o temor de un niño es determinado en gran medida por la accesibilidad y capacidad de respuesta de su principal figura de afecto. El apego proporciona la seguridad emocional del niño: ser aceptado y protegido incondicionalmente. Este planteamiento también puede observarse en distintas especies animales y que tiene las mismas consecuencias: la proximidad deseada de la madre como base para la protección y la continuidad de la especie.

La teoría del apego tiene una relevancia universal, la importancia del contacto continuo con el bebé, sus cuidados y la sensibilidad a sus demandas están presentes en todos los modelos de crianzas derivados de los diferentes  medios culturales. Los estilos de apego se desarrollan tempranamente y se mantienen generalmente durante toda la vida, permitiendo la formación de un modelo interno que integra por un lado creencias acerca de sí mismo y de los demás, y por el otro una serie de juicios que influyen en la formación y mantenimiento de las dinámicas relacionales durante toda la vida de individuo. Unos padres sensibles, coherentes en sus respuestas y disponibles emocionalmente garantizan un sano establecimiento de la vinculación emocional.

Finalmente, aquí observamos que la salud emocional comienza en el vientre materno y se extiende hasta los primeros tres años de vida debido a que el periodo puerperal dura entre dos y tres años como mínimo. Durante los dos a los tres años existe una etapa que se define “como la edad del no”, momento en el que el pequeño empieza a sentirse autónomo, le gusta ser independiente. La necesidad de "hacer las cosas solo" es, por tanto, totalmente sana y hay que animarla, en lugar de obstaculizarla.

Antes de este periodo resultará básico invertir en la salud emocional de las futuras madres (y de las personas que les rodean) porque haciéndolo sin duda traerá grandes beneficios a largo plazo para desarrollo humano.

 

Vanessa Maillefert Rovira

Referencias:

Bowlby, J. (1993). El apego. España. Paidós Iberica.
Gutman, L. (2014). La maternidad y el encuentro con la propia sombra. Argentina. Planeta.
Odent, M. (2015). El bebé es un mamífero. España. Ob Stare.
Verny. T. y Kelly, J. (2012). La vida secreta del niño antes de nacer. España. Urano.

 

 

 

¿Cuánto y cómo ha cambiado la educación? En opinión de muchos dirían que la educación se ha transformado de distintas maneras, y es aquí donde realizaré un breve relato de lo que ha sucedido, para invitar a la reflexión y posiblemente también ayudar a tener una visión un poco más creativa e “integrada”, al finalizar la lectura del presente artículo.


A lo largo de los años, se han visto cambios en torno al nivel de participación por parte de Padres de Familia en el sector escolar.
Remontándonos a la educación en la Edad Media las instituciones educativas estaban bajo el control de los monasterios y la educación era un privilegio para las clases superiores; a través de internados era como los estudiantes recibían “el conocimiento”, los padres de éstos delegaban la mayor parte de la educación a los profesores.

En la Edad Moderna, sólo algunas personas vivían con lujo, había muchas personas ricas y poderosas pero había muchos más pobres. La gran mayoría vivía en condiciones de extrema pobreza: los campesinos en las aldeas y los trabajadores miserables en las ciudades. Sólo un número reducido podía enviar a sus hijos al colegio. La mayoría de los niños tenían pocas posibilidades de futuro. En esta época surge uno de los “íconos” importantes para los profesores o maestros: San Juan Bautista de La Salle, sacerdote, teólogo y pedagogo francés innovador, que consagró su vida a formar maestros destinados a la educación de hijos de artesanos y de niños pobres de la época. En esos tiempos, las instituciones tenían absolutamente todos los votos de confianza por parte de los padres de familia, aseguraban que la institución educativa se encargaría de formar a sus hijos de la mejor manera.

En la actualidad, la educación ha tenido importantes y grandes cambios, cuando antes la “voz cantante” la llevaba el maestro y no se le cuestionaba. Los estudiantes recibían un escarmiento en casa si el colegio pasaba “un mal reporte” sobre su desempeño y/o conducta. Muchos profesores de algunas instituciones se quejan de que ahora su trabajo es demasiado cuestionado y en ocasiones poco reconocido.

Observando este panorama, muchas personas se podrían preguntar ¿Acaso eran tiempos mejores los anteriores? Algunas darían una respuesta afirmativa.

Pienso que, independientemente de “lo bueno” y “lo malo” de determinadas épocas o momentos, lo prudente sería observar y practicar una visión más integral, ya que las polaridades siempre existirán, sin embargo, a medida en que más nos esforcemos en resistir el cambio y aceptarlo, más complicado nos resultará llegar a la cima, alcanzar nuestros objetivos y hacer un verdadero trabajo en conjunto.

No se deben olvidar las misiones básicas de los colegios, una de ellas entre muchas otras es: lograr que los estudiantes adquieran conocimientos que los potencialicen a ser competentes, educar (desarrollar y perfeccionar las facultades intelectuales y morales de una persona) y una de las misiones básicas de la familia es: otorgar seguridad y educar (integrar a una persona en las normas de cortesía y de comportamiento social). En realidad, tan sólo se han reflejado dos de los objetivos de “educar”, sin embargo, es ahí justo donde familia y colegios comulgan. Ambas están destinadas a potencializar y mejorar a los estudiantes y cada una de estas instituciones puede emplear distintos métodos para quizá llegar a uno de los objetivos “lograr que las personas se desarrollen de la mejor manera”.

Para que se dé lo anterior, a esta comunión entre ambas, se requiere un vínculo positivo, nutritivo y respetuoso, en el que ambos sistemas entrelacen sus esfuerzos en beneficio de niños y jóvenes. Una relación de estas características favorece y asegura un mejor rendimiento académico de los estudiantes, así como un desarrollo integral de su persona, su autoestima y su actitud hacia el aprendizaje.

La escuela necesita de los padres; requiere de su apoyo para el refuerzo de los contenidos trabajados en clases, para el cumplimiento de los aspectos formales que ésta exige y para asegurar que los estudiantes reciban buenos tratos y afecto en sus hogares. Los necesita, pues sin ellos no puede cumplir cabalmente su labor de entregar aprendizajes de calidad a los alumnos, no puede fomentar el compromiso de los estudiantes con sus estudios, complementar las enseñanzas en cuanto a hábitos y disciplina, esto (los hábitos y la disciplina) es parte de la educación que se recibe en casa, que se potencializará en el colegio. Cada alumno tiene “una realidad de vida distinta” con características particulares. Los profesores no sólo se “deben” de comprometer en enseñar lengua, matemáticas, etc. Sino que como humanos que son, brindan ejemplo, calidez y apoyo, y esto no tendría de ser muy distinto de lo que los alumnos viven en casa, para que justo el colegio sea una extensión de casa, de manera congruente.

A la vez, las familias necesitan de los colegios, requieren que en ellos se entregue una educación de calidad. Necesitan tener la confianza de que sus hijos están siendo bien formados y bien tratados, con todo el respeto y la dignidad que merecen. Requieren también sentirse bien acogidos y respetados en sus saberes, en sus experiencias y en su capacidad de ser un verdadero aporte a la educación de sus hijos. Piden a la vez ayuda del colegio para saber cómo apoyar de manera efectiva a sus hijos en los aprendizajes, para manejar de forma correcta los cambios propios del desarrollo de sus hijos, reforzar la disciplina y los hábitos de estudio.

Como vemos, son potentes los puntos en común y de convergencia que tienen las familias y los colegios; ambos comparten la preocupación central de formar y educar a los niños y jóvenes. Con esto claro, el trabajo asociado debería ser una realidad en el diario vivir de cada comunidad educativa. La unión o vínculo positivo sólo se logrará antes que nada, con una construcción y mantenimiento de la comunicación directa, efectiva y oportuna entre padres y profesores, y cuando cada una se coloque en el lugar que le corresponde estar, respetando y valorando a la otra parte para lograr una verdadera colaboración.


Mtra. Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta

Bibliografía consultada:
- Henson. K. Psicología Educativa para la Enseñanza Eficaz. Thomson Editores. México.
- Martiñá R. Escuela y Familia una Alianza Necesaria. Editorial Troquel. 2003 Argentina