LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS HABLAN …. CUANDO LES DEJAMOS
Y SALUDAN CUANDO …. ¿LES OBLIGAMOS?

Resulta curioso observar muy a menudo el fenómeno de: “cuando preguntan algo a niñas y niños los padres responden por ellas y ellos”. Ahora me explico a detalle.


Es muy común que en reuniones madres y padres compartan con familiares y/o amigos/amigas todo lo que sus hijos hacen, dicen, sienten, etc. Luego cuando éstos últimos les saludan, preguntan ¿qué tal?, se quedan mudos/mudas. ¿Pues qué pueden contar a los demás si todo lo dicen sus padres/madres? No sólo en conversaciones presenciales digamos, también “bombardeando” a la familia y/o amigos a través de diversos medios y redes sociales.


El respeto, es la consideración de que algo/alguien es digno y debe ser tolerado. Desde esta base es bueno saber que niñas y niños se saben expresar, sin meterme en detalles de edades y de género, usualmente cuando les preguntamos de manera general sobre un tema que les interese y entusiasme, ellas y ellos por sí mismos/as contestarán. Por el contrario si nuestro interés de que nos cuenten cosas es tipo cuestionario puede, en la mayoría de los casos, tener el efecto contrario al que queremos. Esto es útil saberlo sea cuál sea el rol en el que estemos (madre, padre, tía, tío, amiga, amigo, etc). Si te interesa que dialoguen, facilita la comunicación, no los interrogatorios, deja que lo hagan libremente, cuando lo deseen.


Como madres/padres es totalmente válido “informar” a nuestros familiares y amigos/amigas la manera y los momentos en que ellos/ellas se sienten cómodos/cómodas para hablar. Para poder hacer lo anterior, resulta claro que debemos conocerlos/las bien y respetarlos/las. Si los adultos lo vamos haciendo y ven que es algo natural, ellos/ellas crecerán con la confianza para que más adelante lo puedan expresar de manera espontánea y educada.


Pongo ahora un ejemplo:


Un familiar/amistad de los padres llega a casa y ve a …. , entonces empieza “la conversación”. Hola …… ¿qué tal?, ¿y el cole?, ¿cómo llevas las calificaciones?, ¿y las clases de…..?, ¿qué tal cuando fuiste a?, ¿y las amigas y los amigos?, etc. De sólo leerlo ¿no les resulta abrumador? Pues a algunos/algunas niños/niñas les ocurre lo mismo. Diferente sería llegar y saludar a los adultos y luego dirigirnos a los/las menores, detenernos un momento o el tiempo que necesitemos en la conversación entre los adultos y, les aseguro que si los/las chicos/chicas están interesados en contar algo, lo harán. Esto no tiene nada que ver con el vínculo familiar o no, cercano o lejano que se tenga con los/las niños/niñas, ya que lo mismo puede ocurrir con la persona más cercana a la familia, si ellos/ellas perciben o se sienten abrumados automáticamente dejarán de hablar. No tendría nada de malo ni de “maleducado” si nuestro/nuestra hijo/hija, al sentirse “agobiado/agobiada” volteara y dijera de manera cordial a ….. “mira, ahora no me apetece hablar”. Cuidado, que no me refiero en ningún momento a que si no le apetece hablar, voltee la cara, haga muecas, o suelte directamente un “no te importa”, eso sí sería inapropiado.


Como madres y padres, debemos educar bajo el respeto y también respetar nosotros. No tenemos porqué obligarlos a hablar, a dar besos y/o abrazos cuando no lo quieren, no lo sienten o simplemente no les gusta. No hay cosa más incómoda para niños y niñas que “tener que darle un beso a ……” si no le apetece. Muchos/as niños/niñas en mi consulta me cuentan que “no me gusta darle besos a ….. por qué se maquilla demasiado, le huele la boca, no huele bien, u otro tipo de argumentos. Padres y madres, debemos estar alertas a ello, posiblemente ese “rechazo a saludar de beso a alguien” esté indicando que nuestro/nuestra hijo/hija haya tenido una experiencia poco grata con alguien y/o algo. O puede que no y que sencillamente, como persona que es no le agrade repartir besos en todo momento. Como adultos lo arreglaríamos fácilmente con una mano extendida para saludar sin problemas. ¿Por qué los/las niños/niñas no pueden hacer lo mismo? Se nos olvida que por ahí quizá, en algún momento de nuestra vida, cuando éramos niños/niñas nos “enojaba” tener que saludar de beso a alguien. Es triste y muy alarmante, que no tengan la confianza de decirlo en casa porque mamá o papá se enfadarán. Muy importante, si los/las obligamos a ello, ¿qué herramientas les estamos dando para que el día de mañana se defiendan, si un extraño les pide un beso o un abrazo con intenciones de abuso? Resulta en verdad básico comprender que, sea quien sea, si a nuestro/nuestra hijo/hija no le apetece saludar de beso y abrazo, no les obliguemos.


Es totalmente incongruente y dañino que les “tapemos la boca” hablando por ellos/ellas mientras que, por otro lado los/las expongamos a dar besos y abrazos. Los/las menores saben hablar y saludar y lo hacen cuando se sienten cómodos/cómodas para ello.


Para finalizar, respetemos a nuestros/as hijos/hijas, su cuerpo, y sus sentimientos. Eduquemos en valores para que respeten a sus familiares, amigos/amigas y sean cordiales. Dedica tiempo, atención, cuidado y amor.

 

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta individual, familiar y de pareja.