UNA LLAMADA DE DESPEDIDA

una llamada de despedida
Este artículo pretende acompañar y dotar de fortaleza interna a las personas para que puedan “utilizar” sus recursos personales y, saber qué hacer cuando desgraciadamente, reciben una llamada devastadora porque un ser amado ha fallecido.


Muchos y variados son los motivos que “nos trajeron” a España. Trabajo, estudios, pareja, buscar una mejor calidad de vida, etc. Uno o varios de los anteriores, el caso es que estamos aquí, viviendo, haciendo cosas, logrando objetivos, en fin. Estamos acá, lejos de nuestra familia de origen. Hablamos con nuestro padre, nuestra madre, hermanos, hermanas, tíos, tías, primos, primas, amigos, amigas, personas muy allegadas.
Compartimos y nos vamos enterando de distintas cosas a distancia. Bajo un matiz de “normalidad”, en donde de alguna u otra manera “todo ocurre como siempre”, y donde se va maquillando muy bien la lejanía.


Pero ocurre que, un día recibimos una llamada. Llamada telefónica de urgencia que provoca un estado de confusión, incredulidad, tristeza, shock. Nos informan que nuestro padre, nuestra madre, un familiar o un amigo muy cercano se encuentra gravemente enfermo(a), ha sufrido un accidente o ha fallecido. Todo se detiene, no comprendemos qué pasa, cómo o cuándo sucedió. Quisiéramos estar ahí físicamente lo más pronto posible, detener el tiempo e incluso regresarlo. La realidad nos supera, estamos lejos. Posiblemente esa llamada la recibimos llevando a nuestros(as) hijos(as al colegio, desayunando, dormidos(as) o trabajando. Sea donde haya sido no es ni el tiempo, ni el lugar y mucho menos la situación adecuada. ¿Qué podemos hacer?


Saber esto a distancia es muy doloroso, cada persona experimenta y siente de manera distinta. Si eres tú quien recibe la noticia, estés donde estés y haciendo lo que estés haciendo primero, detente en un lugar seguro, respira y comunícate con familiares que tengas aquí o amigos(as) cercanas para que ellos(as) te brinden el primer soporte y ayuda, cuéntales lo que te ocurre para que sean tu red de apoyo, ya que obviamente querrás agilizar tu partida. Vendrá bien tener en cuenta lo siguiente, considerando que se trata de una noticia súbita, es importante estar “preparados” en todo momento y anticipar nuestro actuar, por ello estos puntos pueden resultar útiles ante estas situaciones.

  • Destina una cantidad de dinero a la que puedas acceder fácilmente que te permita comprar “de último momento” el billete de avión. (esa cantidad no se toca)
  • Guarda páginas de aerolíneas confiables, seguras y a las que puedas acceder rápidamente.
  • Comunícate con aquellas personas que te puedan ayudar en caso de emergencia y delega responsabilidades familiares, es decir, si tienes hijos(as) y por estas cuestiones no pueden viajar, encomienda las cosas básicas.
  • Infórmate de manera efectiva sobre las condiciones laborales que “pone en marcha” la empresa si se presenta esta situación. Uno de tus derechos como trabajador es conocer y saber si la empresa contempla que te ausentes algunos días por estos motivos y, por otro lado, infórmate cómo se debe llevar a cabo el proceso de notificación. Quizá tengas que valorar la situación entre elegir y seguir al pie de la letra los trámites burocráticos que dicta la empresa o salir de inmediato haciéndote cargo de las consecuencias posteriores, que al final, habrá tiempo de sobra para “arreglarlo”.
  • En el aeropuerto, si nadie puede estar contigo, asegúrate de llevar una pila externa cargada, para que puedas estar en contacto con aquella persona que te brinda soporte emocional.
  • Durante el viaje, piensa, respira y recuerda momentos gratos. Posiblemente las horas te parezcan años, los demás los consideres indiferentes y fríos, recuerda, el dolor es personal, acéptalo y reconócelo en ti.
  • Recuerda que el tiempo está pasando y los plazos están llegando, posiblemente cuando llegues tendrás que ir directamente al velatorio, crematorio o al sepelio. Podrá pasar por tu mente “que no te despediste”, no te lo reproches con el paso de los días, es difícil que se dé “una situación idónea para despedirse”, es más una carga social aprendida que estorba mucho.
  • Considera que, de alguna u otra manera, al vivir el duelo en lejanía es vivir un “doble duelo”. La lejanía nos hace sentir aislados, separados, profundamente tristes, abandonados y deseamos haber estado cerca en el momento del deceso para decir cosas que se quedaron “pendientes”, a todo esto se añade la sorpresa de la noticia, para después “pasar” por el duelo por muerte.
  • Cuando nuestros seres queridos mueren, dejamos de verlos físicamente, pero permanecen en nosotros(as) sus enseñanzas, los momentos compartidos, las pláticas. Permanece en nosotros parte de su vida y de su historia. No “se van”, no “nos dejan”. Las personas mueren como parte del proceso natural de la vida. La relación que tuvimos, permanece en nosotros(as) para poder agradecer, honrar, perdonar, comprender y transformar para después, aprender a soltar.
  • Concéntrate, piensa e invoca para tu ser querido que: está ahora en las mejores circunstancias de amor, felicidad, compañía, plenitud. Puedes despedirte diciendo “te amé, gracias por lo que me diste en vida, seguiré mi camino”.


Quizá esté ya muy trillado el dicho de “vive cada día como si fuera el último”, trillado o no, viene bien aprender a despedirse cada día, viene bien aprender a cerrar ciclos para que otros se abran y agradecer por ello, viene bien estar realmente en paz con los demás cada día.


Si alguien “te elige” para ser parte de esa “red de apoyo” en momentos difíciles, agradécelo, eso es un privilegio. Ayuda, gestiona, contacta, investiga. Ofrece tu apoyo haciendo y resolviendo, que una persona en duelo carece de energía. Si te “sobrepasa” ayudar en estas situaciones es muy válido comunicar que “te encuentras indispuesto”, haciendo esto ayudas realmente más que brindando una “pseudo-ayuda”. No te preocupes, seguro habrá alguien más que lo pueda hacer. Recuerda que, cada persona siente y experimenta de manera distinta.

Vanessa Maillefert Rovira
Psicoterapeuta individual, familiar y de pareja.